Un día en la vida de un concursante de ModelOff – Parte 2: “Mantenerse en pie”
20 noviembre 2015
En el que podría ser el momento más conmovedor y decisivo de la película “Rocky”, el vulnerable Rocky Balboa, entrando al ring donde la noche siguiente se enfrentará mano a mano con el campeón mundial de peso pesado, Apollo Creed. Confiesa a su novia, Adrian:
“No le puedo ganar... ¿A quién quiero engañar? No estoy a su altura... Pero eso no importa, porque ¿quién soy yo?… Yo no soy nadie. Aunque eso tampoco importa, ¿sabes? He estado pensando que ¿qué más da si pierdo este combate? Tampoco importa si este tipo me abre la cabeza. Porque lo único que quiero es llegar de pie. Nadie antes ha podido aguantar de pie frente a Creed. Y si yo puedo aguantar los quince asaltos y suena la campana y aún me tengo en pie, entonces sabré, por primera vez en mi vida, que yo no he sido otro idiota del montón.”
Hace dos sábados, cuando participé del 1er Round del 4to Campeonato anual de modelado financiero del mundo, recordé rápidamente éstas palabras de Rocky. Al igual que él, he entrenado mucho para ser cada vez más fuerte. No, nunca tuve tiempo para golpear grandes trozos de carne colgados en un frigorífico, pero mi computadora recibió algunos golpes por todas las preguntas anteriores de Modeloff, tablas de datos y simulaciones que realicé para tonificar mis débiles facultades de modelado financiero y convertirlas en masa muscular magra de Excel. En todo momento, también como Rocky, mis compañeros de trabajo, amigos y seres queridos, con su inquebrantable fe en mí, alimentaron mi pasión por pelear… por ganar. Londres, y la Final mundial de Modeloff, estaban cerca.
Entonces, exactamente a las 8:00 EST del sábado 17 de octubre (todos los competidores comenzaron el 1er Round a la misma hora, independientemente de la zona horaria), levanté las cuerdas del territorio sagrado de Excel en línea y, de manera instantánea, como si fuera un golpe mortal, todo ese orgullo infundado fue expulsado violentamente de mi ser. De repente, fue evidente que yo era el saco de boxeo.
El formato del combate tenía cuatro partes. La Parte 1 era una serie de dolorosas preguntas de estilo académico con opciones múltiples, centradas principalmente en NPV, WACC, CAPM, y otros temas básicos de valuación y finanzas que yo incomprensiblemente me había negado a revisar durante mi aparentemente dudoso régimen de entrenamiento. Pero esto no es nada. Las Partes 2 a 4 eran el desafío real: un conjunto de tres diabólicos segmentos de varias preguntas colmadas de datos, para cada una de las cuales había que descargar un cuaderno de ejercicios con varias hojas de trabajo.
Al igual que Rocky mirando los inmensos carteles del titán de boxeo Apollo Creed, y notando la inutilidad de intentar derrotarlo, el gigante del modelado financiero frente a mí se veía igual de intimidante. Sin embargo, en ese momento, mientras miraba hacia el abismo y descubría que nada me devolvía la mirada, me hice una promesa solemne: Es posible que no pueda derribar, o al menos derribar técnicamente, el 1er Round del ModelOff, pero me mantendré en pie y llegaré lo más lejos posible en las dos horas asignadas.
Ya resignado a mi rol más como compañero de batallas de Excel que un peso pesado del modelado financiero, encontré la inspiración y motivación (y el sudor) para continuar durante el 1er Round, finalmente llegando hasta casi la mitad del desafío antes de que sonara la campana final.
No hace falta mencionar que mi puntaje final no fue suficiente para pasar al 2do Round, mucho menos a la eterna gloria de participar en la Final mundial de ModelOff en Londres. ¿Podría haber sido un concursante si hubiera entrenado más? No estoy seguro. La verdad es, supongo, que me volví muy dependiente de la abundancia de las nuevas y personalizadas soluciones que hacen mi trabajo más efectivo, eficiente y seguro y me acostumbré a ellas. Las herramientas como Kira Diligence Engine, iCapital Network, Intralinks Dealspace®, Intralinks VIA®, e Intralinks Dealnexus (suma confesión: trabajo para Intralinks, Inc.), por nombrar algunas, me han ayudado a mejorar mi trabajo, a pesar del humillante costo de entorpecer mi agudeza con Excel.
En todo caso, a pesar de los ojos negros y las costillas golpeadas de mi ego en Excel, mantengo la cabeza erguida. Me mantuve en pie. Estaba de pie (bueno… sentado) cuando sonó la campana final. Y, sobre todo, me sentía honrado por haber competido contra los mejores: los Apollo de Excel, los Creed del procesamiento de datos. Me saco el sombrero frente a estos nobles golpeadores de Excel, estoy en el rincón hasta el final de la competencia.
¿Regresaré al ring el año próximo? Es difícil saberlo. Aunque Rocky regresó para vencer a Creed en “Rocky II”. Pero, ¿cuántas veces las segundas partes fueron buenas?