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Administración de la integración posterior a la fusión en transacciones entre países

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Si alguien ha asistido a una conferencia de M&A en los últimos años, apostaría que fue una presentación sobre uno de estos temas: a) negociaciones entre países, o, b) administración de la integración posterior a la fusión (PMI). También existe la posibilidad de que fueran ambas opciones. Soy tan culpable como los demás por desperdiciar proverbialmente los esfuerzos, moderando y hablando en varios paneles sobre ambos temas. ¿Pero qué sucede con la administración de la PMI en transacciones entre países?  Para los interesados en M&A, es un tema entretenido para explorar ya que aplica una capa de complejidad a un proceso ya desafiante.

Uno de los obstáculos de PMI más frecuentes es administrar la combinación de dos culturas diferentes, y el impacto que produce en las personas que conforman la nueva organización. Incluso en las fusiones entre dos empresas en el mismo país, suelen existir consideraciones culturales corporativas importantes que se deben tener en cuenta. El nivel de autonomía de los empleados, los procesos para la toma de decisiones y la afición al riesgo en general de cada empresa son simplemente algunas de las numerosas filosofías de negocios que se deben reconciliar. Como empleado, todas las transacciones de M&A resultan inciertas y este sentimiento se intensifica en las negociaciones con una contraparte extranjera.

Estos problemas “leves” parecen bastante arriesgados desde mi punto de vista. Intentar sobrellevar estos desafíos culturales corporativos mientras se tratan asuntos culturales reales (como las diferencias de idioma, las estrategias de dinero, las costumbres religiosas, los programas de vacaciones, etc.) parece una tarea abrumadora.

La guía universal propuesta por quienes realizaron con éxito la integración entre países se resume a un factor clave: la comunicación. La disposición y capacidad del nuevo equipo de liderazgo para comunicarse a tiempo y de manera frecuente es un factor crítico de éxito. Esto no resulta tan sorprendente debido a que la comunicación es clave en cualquier proyecto de PMI, pero resulta difícil sobreestimar su importancia, especialmente cuando muchos de estos problemas “leves” pueden dificultar el progreso e incluso entorpecer los negocios mejor intencionados.