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¿Hay un Cambio de Rumbo en las Actividades de M&A del Sector de Petróleo y Gas?

Un gran segmento de la industria de petróleo y gas adoptó un enfoque de “esperar y ver” para involucrarse en fusiones o adquisiciones desde la caída de los precios del petróleo que inició en noviembre de 2014.

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Tras la caída en los precios del petróleo, que comenzó en noviembre de 2014, un gran segmento de la industria del petróleo y el gas adoptó una actitud expectante respecto a las M&A. La actual presión sobre el sector ha llevado a los productores de todo el mundo a reducir las perforaciones de nuevos pozos, a disminuir la producción y a recortar o eliminar los pagos de dividendos. "El valor de referencia del crudo West Texas Intermediate (WTI) se desplomó un 70 por ciento respecto al valor máximo alcanzado a mediados de 2014 y alcanzó el punto más bajo en 13 años en el mes de febrero, cuando cotizó a $26,21 el barril", afirma Bloomberg Business. Como resultado, las M&A en el sector alcanzaron el nivel más bajo registrado en los últimos diez años, ya que los compradores y vendedores están esperando para ver cuándo y cómo se estabilizan los precios.

Un informe de Deloitte determinó que, en 2015, los volúmenes de negocios de M&A en los tres sectores más importantes de la industria del petróleo y el gas (exploración y producción, transporte y distribución, y refinación y comercialización, también conocidos como upstream, midstream y downstream) fueron inferiores a los registrados durante la Gran Recesión. En 2015 hubo 379 negocios de M&A, una cantidad inferior a los 709 del año anterior, y a los 409 y 389 registrados en 2008 y 2009, respectivamente. El valor total de los negocios del sector también disminuyó de los $353,97 mil millones registrados en 2014 a $286,23 mil millones en 2015, lo que representa una reducción interanual del 24 %, a pesar de que se realizaron varios meganegocios. La adquisición del BG Group por parte de Royal Dutch Shell en $82 mil millones representó, por sí sola, el 77,6 % de los 10 negocios más importantes del sector de exploración y producción realizados en el año. Aún si se tiene en cuenta esa transacción, el valor global de las transacciones de M&A para 2015 también mostró una disminución interanual del 20 %, según Deloitte. Dado el desánimo del sector, cabría esperar, como mínimo, que los participantes enfocados en el valor comenzaran a mostrar cierto interés. Las firmas de capitales privados han recaudado más de $20 mil millones por sus negocios en el sector de la energía en los últimos dos años, aunque en gran medida, el dinero ha quedado al margen, en parte debido a las brechas en las valuaciones. Se podría argumentar que debe producirse una consolidación para estabilizar las estructuras de capitales y aprovechar la escala, y que las compañías con posiciones financieras más sólidas deberán salir activamente al mercado a medida que las valuaciones reflejen la baja en los precios del petróleo.

Pero ¿cuánto más pueden esperar los productores en dificultades? Con el crudo de Brent languideciendo a unos $30-35 por barril, se avecina una reestructuración, especialmente entre los productores estadounidenses de esquisto que están sumamente endeudados. Según un estudio de Deloitte, alrededor de un tercio de los productores registrados en bolsa a nivel mundial corre serios riesgos de ir a la quiebra, ya que su deuda colectiva ha ascendido a unos $150 mil millones, mientras que los flujos de efectivo y las reservas han disminuido. La caída en los precios del petróleo favoreció la consolidación de la industria en la ola de megafusiones que tuvo lugar hacia fines de la década de 1990, y las condiciones actuales parecen conducir a una situación similar.

Sin embargo, el flujo de negocios demora en mejorar. Cuando el precio del petróleo cambia con la rapidez con que lo hace actualmente y las expectativas respecto a la evolución futura son muy variables, es más difícil superar las brechas en las valuaciones. Los vendedores se muestran reacios a deshacerse de los activos debido a su bajo precio y las compañías con balances relativamente más sólidos pueden intentar esperar a que se produzca una posible recuperación o corrección. Además, es poco probable que las compañías con dificultades financieras sean objetivos de adquisición atractivos. Si la deuda de un potencial objetivo de adquisición se negocia a un valor muy bajo o se fija más allá de la compensación, los compradores pueden optar por esperar a una posible solicitud de quiebra y comprar los activos sin asumir el problema de las deudas pendientes.

Con el tiempo, la situación de la mayoría de los activos en dificultades se volverá insostenible y muchos se verán obligados a salir del negocio en términos poco deseables. Como las compañías en dificultades se están quedando sin tiempo ni recursos para obtener el dinero que necesitan para pagar sus deudas, y su acceso a los mercados de capitales y crédito es limitado o nulo, la única opción posible es la consolidación. Unas 150 de las compañías de petróleo y gas que monitorea la consultora de energía IHS Inc. se encuentran al borde de la quiebra, el doble de las que ya la han declarado. Una nueva reestructuración ayudará a estimular las negociaciones que han estado en espera, porque los vendedores deberán ser más flexibles respecto a los términos y las valuaciones de los negocios, algo a lo que se han resistido hacer hasta ahora.